Transhemisférico es una exhibición de Richard Garet y Diego Masi que conceptualiza el tema de la migración y la distancia aludiendo al pensamiento como territorio, a partir de un diálogo sonoro y visual entre Richard Garet (Montevideo, 1972) y de Diego Masi (Montevideo, 1965), en un momento histórico —y personal— de crisis, potencialidad y tensión tanto vital como crítica.
La muestra propone la idea del espacio dividido en dos pisos como una metáfora de un territorio migratorio, o sea imperfecto, sin vista panorámica completa, pero lleno de posibilidades. Como tal, se concibe como un gran espacio escultórico que se transforma y dinamiza a través del sonido y la visualidad de las intervenciones de Garet y Masi por medio de objetos, obras digitales y sonoras e instalaciones.
Para comprender la obra de Richard Garet y de Diego Masi en el contexto de lo transhemisférico necesitamos pensar en el contexto del arte latinoamericano y su larga tradición a partir del siglo XX (y anterior) de interrelación, de procesos de intercambios artísticos y culturales entre artistas de ciudades de América Latina, como Buenos Aires, Caracas, San Pablo y Montevideo, con centros cosmopolitas como Paris y Nueva York, que tuvieron un período de gran efervescencia, entre los años cincuenta y setenta, en movimientos tales como el cinetismo, el arte neoconcreto y el arte conceptual.
Muchos artistas claves de este período no tienen nacionalidad fija y única, y si bien escapan a demarcaciones estilísticas, se pueden identificar con movimientos como el cinetismo. Guy Brett describe cómo un importante grupo de artistas en los años cincuenta y sesenta —Helio Oiticica, Lygia Clark, Lucio Fontana, Alejandro Otero, Lygia Pape, etcétera— adoptaron, y a la vez cuestionaron, el lenguaje de la geometría por sus implicaciones de racionalidad y modernidad, al tiempo que fueron herederos de Duchamp y su ready-made, que les ofrecía la libertad de cuestionar, experimentar y también conceptualizar. Brett describe esta relación entre el orden geométrico y la invitación a lo aleatorio, flux, vacío y organicidad, como una tensión fértil .
Sin pensar en genealogías simplistas y progresos lineales, Garet y Masi son artistas que podemos entender como parte de este continuum de dialogicidad entre la abstracción, el conceptualismo y el arte experimental; entre lo local y lo internacional, que ha caracterizado y sigue caracterizando a una parte importante del arte de nuestro continente. Hay varios aspectos que unen a Garet y Masi, uno de ellos es que ambos nacieron en Uruguay, y otro, que los dos experimentaron períodos largos de desarraigo y migración, incluyendo la permanencia en lugares como Nueva York. Por un lado, la obra incluye la abstracción, y por el otro, el uso del ready-made en la construcción de objetos que combinan viejas y nuevas tecnologías; el reciclaje de la memoria, los sonidos y aparatos electrónicos, y la performatividad. Hay dos aspectos que quisiera resaltar sobre el trabajo de Garet y Masi en esta exhibición y su intercambio artístico: en primer lugar, el movimiento y la performatividad, y, en segundo, el aspecto del sonido.
La performatividad de Garet y Masi está arraigada en una forma de cinetismo, pero no el histórico, enfocado en efectos ópticos del modernismo establecido, sino en uno que refiere, según Guy Brett (2000) , más que al movimiento a la materialización de la energía, a algo que no es realmente visual. Esta energía es la que utilizamos en el día a día sin pensar, y por lo tanto es una energía vital que une el arte a la vida, es orgánica y conlleva la noción de flujo, las posibilidades de lo conceptual y también lo intuitivo, y a una multidimensionalidad que puede ser liberadora, que abarca una materialización de lo sonoro, lo mecánico, la luz, la imagen en movimiento, etcétera.
Las obras de Transhemisférico están vivas porque no son estáticas; plantean un presente cargado de pasados —personales y contextuales— por medio del diálogo entre la experiencia local y transterritorial de cada uno de los artistas. Masi produce nuevas piezas sonoras a partir de la obra de Garet, quien a su vez ha transformado los ruidos de la ciudad de Nueva York en una obra silenciosa donde la geometría y color están en movimiento. Ambos artistas refieren al sonido y su visualidad, y también al silencio del sonido, aspectos que pertenecen al campo del arte sonoro o sound art. Christopher Cox explica que el universo del arte sonoro apunta al ruido y al inconsciente auditivo. Los ruidos que percibimos en nuestra cotidianidad, como los sonidos de la ciudad, están arraigados en un archivo personal de memorias y percepciones que no son conscientes.
0 comments on “Inauguración de la exposición Transhemisférico I Richard Garet, Diego Masi”